Relaciones con otras personas
De pronto todos fueron más amigables.
Uno de los aspectos fascinantes de la Ascensión es como se ha transformado mi relación con otros.
Mucho tiempo antes de siquiera comenzar a meditar se me ocurrió contemplar la posibilidad de que varios problemas que parecía tener en mis relaciones estaban más cercanamente relacionados conmigo más que con ellos. ¿Y cómo iba a transformar fundamentalmente esto? Era un misterio para mí.
Cuando finalmente la Ascensión llegó a mi vida y establecí una práctica regular me tomó un tiempo darme cuenta de los cambios. Sin embargo, muy pronto me di cuenta que las personas eran más amables conmigo. Esto me sorprendió mucho y hasta después de un rato me di cuenta que ellos solamente estaban reflejando mis propios cambios. Mientras yo irradiaba más serenidad, contentamiento, ligereza, apertura y presencia ellos me devolvían una sonrisa.
Una experiencia que cambió mi vida
Durante mi primer mes de Curso de Maestría del Ser (el cual es un retiro de seis meses presencial) me fue posible experimentar el potencial que la práctica de Ascensión tiene en términos de relaciones con otras personas.
Un grupo pequeño de personas al cual yo pertenecía y que apenas comenzaba su curso nos reuníamos todos los días para aprender a reconocer el Silencio dentro de nosotros y así disipar las dudas.
Nuestro maestro descansaba en ese espacio inquebrantable de silencio como una roca y pacientemente nos ayudó a experimentarlo por nosotros mismos. Éramos una mezcla muy colorida de formas de ser y caracteres y en realidad no conocía a nadie salvo algunas excepciones. A nuestro Maestro eso no le interesó.
A cada uno de nosotros nos transmitió ese sentimiento de honestidad y sinceridad de que nos amaba exactamente como éramos, sin condiciones. Podíamos descansar notablemente en su presencia de silencio y amor. Nunca había experimentado algo así antes.
En aquellos momentos no estaba completamente satisfecha conmigo misma y me era difícil creer que alguien podría aceptarme tan completamente. También me sorprendió cómo podía ser tan abierta entre más personas. Naturalmente, tenía resistencia y dudas, pero parecía como si estuviera esperando anticipadamente el momento en que algo estropearía esta experiencia y haría cualquier progreso insignificativo
Al mismo tiempo sentía como mi armadura protectora interna se iba rompiendo, deseando más de este amor incondicional en mi vida. Pero lo que más me fascinó y me convenció fue el ver como todos nos beneficiamos de esta experiencia. Sin importar la edad, nacionalidad o historia profesional todos florecíamos. Cada uno a su tiempo expresaba más y más apreciación y amor.
Viviéndolo en la vida cotidiana
De vuelta a casa estaba más motivada que nunca de dar prioridad a mi práctica de Ascensión e intensificar mi conexión con la quietud interna. Es una elección de momento a momento estar presente, descansar en el aquí y ahora y enfocar mi atención en lo que está enfrente mío.
Cuando escucho a una persona y le doy mi atención completa percibo que lo que se me está comunicando mucho mejor. Aun me sigue sorprendiendo el tipo de comentarios o juicios en los que mi mente puede desviarse y cómo quiere con prisa llegar a conclusiones o bien impacientarse!
Repetidamente noto que si pongo más atención en este momento veo cosas diferentes que de otra forma pasaría por alto.
En ocasiones aterriza dentro de mí una certeza de conexión y entendimiento profundo del porqué hay personas que se comportan de la manera en que lo hacen. Se vuelve más claro lo que está sucediendo en vez de hacer una historia en mi cabeza. Esto hace mucho más fácil construir conexiones más genuinas.
El cambio más invaluable en mi es que puedo dejar que las personas sean quienes son. Anteriormente y a menudo tenía ideas muy fijas de lo que estaba bien o mal o bien, tenía expectativas de cómo la otra persona tenía que ser conmigo para entonces amarlos y aceptarlos. Antes me daba ira si la otra persona hacía algo que yo no me permitía hacer o bien si ellos aceptaban algo que en mí que me disgustara.
Algunas personas podían terminar con mi paciencia más rápido que mi padre. Por algún tiempo pensé que él necesitaba cambiar para tener una mejor relación de padre e hija. Al principio me hice más consciente de mis pensamientos y emociones. Después pude dejar de reaccionar de manera externa a sus supuestas provocaciones.
Más tarde, observé cómo era posible mantener la calma interna. Finalmente, ya no percibía su comportamiento como una provocación sino como una manera de ser. Me di cuenta de cómo Él es, de hecho, un ser amoroso. Curiosamente me parecía como si él comenzara a cambiar su comportamiento.
Más para descubrir
La Ascensión me ha hecho más abierta, contenta, calmada, tolerante y amorosa hacia conmigo misma. Esto tiene un efecto directo en mis relaciones con otros. Tengo más aceptación por mí misma y encuentro más facilidad en amar a otras personas como son. Esta es la riqueza más significativa porque estoy más feliz cuando amo a las personas que están a mi alrededor.
Esto no significa que ya no encuentro ningún reto. Aun ahora otras personas pueden reflejarme en donde puedo crecer más, lo que aún no he aceptado de mí misma y en donde puedo amarme aún más. Pero ahora, se en mi experiencia propia lo que puedo hacer al respecto y que nadie más es responsable por mi felicidad, lo cual encuentro muy liberador.